LA PROFESORA
La verdad es,
distinguida profesora,
que su sentido del humor es delicioso;
sonríe usted a toda hora,
hace de la vida un momento hermoso.
Su alma se viste de bromas,
su voz hace eco en las sonrisas,
su tiempo es como el volar de las palomas;
su calma, como el mar en brisas.
Más si algún día, el dolor la atormente,
mantenga ocupada su mente,
el es constante y persistente,
a cada instante estará presente;
pero usted, sea paciente y resistente
y diviértase feliz y sonriente.
En sus ratos de ansiedad y desesperación,
¡Miré al cielo! Buscando la verdad
y rece una oración,
es mejor la paz y tranquilidad,
que dejarse arrastrar, por una pasión.
Antonia Bibiano Castro
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